Sabemos que durante el verano, y sobre todo, durante las vacaciones en general, solemos dar rienda suelta a nuestra dieta y nos damos algún que otro capricho. Nos socializamos más, salimos a la calle y pasamos más tiempo con nuestros amigos disfrutando de una tarde de terraza, playa y picoteo.
Para evitar llegar a septiembre con algún quilo de más te aconsejamos que, si “te has pasado” durante el día, optes por una cena ligera. Durante la noche no vas a tener la misma actividad que durante el día por lo que, debes limitar (o evitar) el consumo de grasas y potenciar el consumo de proteína.
Así que por las noches evita alimentos precocinados (como lasañas, pizzas o canelones), fritos y rebozados, embutidos grasos (como chorizo, salchichón, etc.), legumbres y verduras indigestas como la coliflor o las alcachofas, salsas con exceso de grasa, dulces, bollería o chocolate, frutas que contengan mucho azúcar, pan, pastas o cereales refinados.
Por el contrario, debemos consumir alimentos ricos en proteínas que nos ayudarán a dormir mejor, a recuperarnos de los esfuerzos realizados durante el día rápidamente y lograremos prevenir nuestro envejecimiento debido a que una cena ligera, favorece la producción de hormonas. Por lo tanto opta por una ración de pescado o carne baja en grasa, cocinada siempre a la plancha, vapor, cocido o al papillote. Acompaña el pescado o la carne con un plato de verduras al vapor y ya tienes tu cena saludable lista. Si te quedas con hambre toma un yogur desnatado o una infusión, tu cuerpo te lo agradecerá.