Uno de los conceptos que más están dando de qué hablar en los últimos años es el de los superalimentos. Y tampoco se trata de algo fácil de definir: ¿Es una moda pasajera? ¿Un cambio de rumbo en las costumbres alimenticias de la gente? ¿O más bien es una causa más de la corriente saludable y bio que estamos viviendo? Todos tenemos a algún amigo o amiga que ha dejado de comer pasta o carne para alimentarse únicamente de verduras. Sea como fuere, si la respuesta al fenómeno superalimentos la buscamos en Google nos podemos volver locos. Hay cerca de un millón de resultados. Lo ideal sería acudir a la ciencia para saber si realmente existen alimentos que protegen la salud ante posibles enfermedades y curan de manera casi milagrosa.
Pero… ¿de qué hablamos exactamente? El ajo negro, los arándanos, la quinoa, las semillas de chía o el bimi son algunos de los alimentos a los que se les ha puesto la etiqueta de ‘milagrosos’ o de ‘tener propiedades curativas’. En todo caso es cierto que el alga espirulina, por ejemplo, mejora la absorción de nutrientes y actúa como antialérgico. Contiene un alto nivel de nutrientes y vitaminas y las Naciones Unidas la ha incluido como alimento contra la malnutrición. Otro alimento que está en el top 5 de los llamados superalimentos es el bimi. De la familia del brócoli, es una verdura muy sana antioxidante y anticancerígena, pero estas son propiedades que también se le atribuyen al brócoli. O la quinoa, por ejemplo, que es uno de los alimentos más de moda al ser una gran fuente vegetal de proteínas y vitamina B, además de fósforo, hierro, magnesio y calcio. Todos ellos son alimentos que hasta hace poco no estaban en el día a día de nuestra alimentación y que cada vez resultan más sencillos de conseguir gracias a marcas como Iswari, Mundoarcoiris o Biospirit, empresas que fomentan el acercamiento de estos cada vez más indispensables alimentos a nuestro día a día. Todas ellas están disponibles en los distintos espacios de Woki Organic Market.
Los superalimentos son, sin duda, alimentos aconsejables en una dieta sana y equilibrada, y deben ser consumidos sin cocinar o con la menor cocción posible para que no pierdan sus propiedades y, por otro lado, no pueden suponer un sustitutivo de otros alimentos de igual o mayor valor nutricional, ya que eso fomenta el desequilibrio alimenticio, algo en lo que sí coinciden las voces expertas sobre el tema.